sábado, 19 de marzo de 2011

Ash - A-Z Series Volume Two (2010)


Ash, con este segundo volumen de su A-Z, completan un viaje que les ha llevado cerca de dos años, en los que la banda a ofrecido a sus fans un single cada quince días. Un proyecto que ha relanzado de nuevo la carrera de estos y que ha sido visto por muchos como un esfuerzo de superación personal por parte de la banda y una toma de contacto de los irlandeses de cara a convivir con las nuevas tecnologías.
Lo cierto es que, si bien, el primer volumen de este A-Z, volvía a recordarnos los buenos tiempos de la banda y nos daba muy buenas vibraciones con temas como 'Arcadia', 'Return Of The White Rabbit', 'True Love' y 'Dionysian Urge' entre otras. Con este segundo volumen tenemos una sensación totalmente distinta, nos encontramos con un disco muy desigual , en el que destacan muy pocas canciones (Dare to Dream, Binary, Instincts, Summer Snow...) y que nos deja la sensación de un trabajo disperso, posiblemente fruto del sobreesfuerzo de la banda por intentar sacar adelante canciones cada poco y durante un largo periodo de tiempo. En lineas generales, en este segundo volumen, encontramos canciones interesantes y curiosidades como una cover del 'Teenage Wildlife' de David Bowie, y dos temas adicionales 'Spellbound' y 'Nightfall'. Aún así, no encontramos cara a cara con un álbum que no cumple las espectativas y que queda lejos del potencial de ese primer volumen.

Reseña Extraída de: http://indiespensables.blogspot.com/


Murder By Death - Good Morning, Magpie (2010)


En una época donde parece que la experimentación, la mezcla con la electrónica y el regusto postpunk es casi una norma dentro del rock alternativo, hace que bandas como Murder By Death tengan especial mérito. A pesar de su nombre que parece sacado de alguna banda escandinava, este cuarteto práctica un rock con una altísima influencia del rock folk practicado por dinosauros como Johnny Cash.
Este Good Morning, Magpie es la última obra de estos norteamericanos, recien sacadita del horno. Y consiguen lo que ya parece normal en ellos, firmar un album de temazos de regusto añejo coronados por las melodías de un cello que ya es marca personal del grupo. Los temas festivos y alegres se mezclan con otros más melancólicos en un equilibrio casi perfecto, lleno de temas pegadizos como As Long As There Is Whiskey In The World o You Don’t Miss Twice (When You’re Skavin’ With A Knife), que al menos no soy capaz de parar de silbarlas mientras las escucho.
No creo que decepcione a los seguidores de la banda, y para los que no los conozcan, es un disco tan válido como cualquier otro de esta banda para comenzar a aficionarse a su particular sonido.

Reseña Extraída de: http://www.suicidebystar.com/blog/2010/03/25/murder-by-death-good-morning-magpie-2010/

N.E.R.D. - Nothing (2010)


N.E.R.D. tan sólo han necesitado dos años desde que sacaron su anterior trabajo para componer y grabar los temas de su nuevo álbum. Nothing, un título que quizá busca hacer una declaración de intenciones en cuanto a su ausencia de pretensiones y a no tomarse demasiado en serio a sí mismos, es su cuarto disco de estudio desde que debutaron en 2001 con In Search Of…
El trío, compuesto a su vez por el dúo de The Neptunes – Pharrell Williams y Chad Hugo – y Shay Hayley no han tenido la misma buena mano que la pareja de productores a la hora de trabajar para terceros que cuando toca crear los temas para sus propios discos, pero quizá la racha más bien discreta de su andadura pueda romperse con Nothing. Al menos, el disco tiene los elementos necesarios para asomar la cabeza entre la multitud.
Si hay una base perceptible a lo largo del tracklist de Nothing es la tremenda influencia que ha tenido el sonido de la música negra de los años setenta, especialmente el funk, que han convertido en piedra angular de practicamente todos los cortes del disco. Como pareja de andadura, el funk se fusiona a ratos con un pop tremendamente digerible, con un soul psicodélico en ocasiones puntuales y con el R&B más propio de los años noventa.
Y si hay una lírica que apareje con el funk como la Nutella con los crêpes es la sexual, en todas sus variantes, tanto si se pretende llevar al partenaire a la cama como si le estamos escupiendo las tripas en la cara. A lo largo de Nothing podemos encontrar hitos fácilmente aplicables a cualquier noche de suerte como banda sonora de fondo, como ‘Hypnotize U‘. Fantástica con ese falsete de Pharrell que derrama sensualidad por los poros, ha sido elegida como tercer single del disco.
Si hay una base perceptible a lo largo del tracklist de Nothing es la tremenda influencia que ha tenido el sonido de la música negra de los años setenta, especialmente el funk, que han convertido en piedra angular de practicamente todos los cortes del disco. Como pareja de andadura, el funk se fusiona a ratos con un pop tremendamente digerible, con un soul psicodélico en ocasiones puntuales y con el R&B más propio de los años noventa.
Y si hay una lírica que apareje con el funk como la Nutella con los crêpes es la sexual, en todas sus variantes, tanto si se pretende llevar al partenaire a la cama como si le estamos escupiendo las tripas en la cara. A lo largo de Nothing podemos encontrar hitos fácilmente aplicables a cualquier noche de suerte como banda sonora de fondo, como ‘Hypnotize U‘. Fantástica con ese falsete de Pharrell que derrama sensualidad por los poros, ha sido elegida como tercer single del disco.
Si hay algo que destaca favorablemente en Nothing es la continuidad del sonido, la suavidad de las transiciones, ligerísimas y siempre coherentes con lo que pretenden contar y resaltar, pero sin caer en la monotonía o en un sincronismo excesivo que termine convirtiendo cada canción en un soniquete sin sentido que recuerda inevitablemente a su predecesora y anuncia sin remisión a la que le sucederá.
La fusión sobre el funk es algo que practican a conciencia y con resultados más o menos atractivos, pero siempre correctos, respetuosos con el sonido y sin desviarse ni un instante de la premisa inicial del disco. Quizá el punto menos positivo – porque no llegan a lo negativo en ningún caso – es el cierre que hacen con ‘Hot-n-Fun‘, su colaboración con Nelly Furtado, con poca variación melódica y donde la intervención de Pharrell no es la más brillante de todo el álbum. Y a la Furtado, no nos engañemos, no le sobra sangre en las venas, así que el resultado, donde podrían haber tenido una traca de fin de fiesta cojonuda, se queda en un cierre discreto que chirría comparado con casi cualquier tema del tracklist que lo precediera.
Pese al regustillo agridulce del final, Nothing es un trabajo fantástico, con un revival funk perfectamente conjuntado con ligeras pinceladas de otros estilos donde N.E.R.D. se desenvuelven con soltura y donde la producción de The Neptunes y de Daft Punk – quién lo diría – resulta mucho más acertada de lo que podría esperarse en un primer momento y viendo los antecedentes de la banda. Es difícil apostar por un registro y mantenerse en él sin terminar resultando monótono, y cuando se consigue, como en Nothing, el disfrute está asegurado

Reseña Extra+ida de: http://www.hipersonica.com/criticas/nerd-nothing-el-funk-de-los-setenta-vuelve-como-nunca


Cut Copy - Zonoscope (2011).

Cuando escucho la primera canción del disco, ‘Need You Now’, pienso inmediatamente en ver al grupo en concierto, ¿era la idea hacer un disco para el directo?
Es una interpretación interesante. ‘Need You Now’ es una de las canciones más personales para mí. La idea era hacer una canción bonita, de emociones tamaño estadio de rock. Queríamos intentar algo así, nunca lo habíamos hecho, ni siquiera en el disco anterior. Cuando terminamos la canción estábamos contentos, pero queríamos llevarla más lejos, por eso fuimos a Atlanta y seguimos trabajando en ella. En la parte en que llega el estribillo, pensamos llevarla a otro nivel. Quedamos muy contentos. Es una de mis canciones favoritas del disco y estamos deseando tocarla en esta gira.
Si es tan personal, igual prefieres que la escuchemos en casa y con cascos, ¿no? ¿Es primordial esa opción más bien para Cut Copy?
Bueno, en todo disco hemos pasado un montón de tiempo pensando en cada detalle, cómo sonaría hasta la última nota, en hacer un disco que sea para escuchar desde el principio hasta el final. La idea es sumergirse en el mundo que hemos creado y que el lugar en el que estemos sea irrelevante, que te aleje de lo que estás haciendo.
El verano pasado estuvisteis en festivales como Benicàssim. ¿Qué parte del disco se hizo antes y después de que tocarais en directo?
Todo fue escrito antes de la gira. Cuando terminamos los conciertos fuimos a Atlanta y mezclamos el disco con Ben Allen. Estábamos impregnados de los sonidos de Primal Scream en ‘Screamadelica’ o de David Bowie en ‘Young Americans’. Queríamos intentar aproximar el material que teníamos a ellos, pero en realidad todo estaba escrito y grabado antes de llegar.
Se os compara mucho con los 80, pero por otro lado sonáis a siglo XXI más que otra cosa, ¿os desagrada la comparación? ¿Creéis que los 80 están sobrevalorados?
Es una década muy interesante. Cuando la gente habla de los 80 suele pensar en la música sobreproducida y más cutre, pero también muchas cosas interesantes pasaron en la música y en el arte. Nueva York era muy interesante, gente como Talking Heads o el tipo de música disco más pulida que se hacía, además de gente más underground como Sonic Youth. También en Reino Unido estaban Stone Roses o My Bloody Valentine. Cada cultura popular tiene su contracultura, donde puedes encontrar un montón de cosas interesantes. Pero sí, la gente asocia los 80 con cosas como Vanilla Ice y chaquetas extravagantes. Nosotros estamos más interesados en la otra vertiente.
Veo a Stone Roses perfectamente en ‘Where I’m Going’, ¿pero trabajáis duro para encontrar vuestro propio sonido? ¿Es fruto de un largo trabajo o sabéis desde el principio qué producción vais a dar a cada tema?
El desafío es ese: tomar la música que tienes en la cabeza y hacerla sonar contemporánea y encontrar tu propia voz. La cuestión es tener tus influencias pero hacerlas tuyas y crear algo único. Si eres honesto con lo que haces, creo que siempre encontrarás tu público. A veces haces algo de manera inconsciente. Tocas algo y te das cuenta de que se parece a algo que has estado escuchando durante cinco años. Es interesante lo que les preguntaban a Kraftwerk en un documental, sobre qué opinaban de las bandas que se habían inspirado en ellos. Decían que estaban muy agradecidos y que era muy excitante ver cómo se toma una idea y los diferentes caminos a los que puede llevar. Ese es el desafío.
Cut Copy: “La idea de ‘Zonoscope’ es crear un mundo donde la gente se pueda perder”Cut Copy actúan la semana que viene en Madrid.
DestacadosEntrevistasMúsica
Por JNSP
17 Mar 11, 3:01
JNSP’s Website Cut Copy están a punto de llegar a nuestro país para presentar su último álbum, el excelente ‘Zonoscope’. El grupo actuará el próximo 22 de marzo en Madrid dentro del ciclo Heineken Music Selector y después de recorrer Estados Unidos y Australia, volverá por aquí en verano para el Sónar Galicia y el Sónar Barcelona y en julio para el Low Cost de Benidorm. Hablamos con Tim por teléfono desde Australia hace unas semanas, majísimo pero con récord de “kind of” por minuto que hemos evitado traducir.
Cuando escucho la primera canción del disco, ‘Need You Now’, pienso inmediatamente en ver al grupo en concierto, ¿era la idea hacer un disco para el directo?
Es una interpretación interesante. ‘Need You Now’ es una de las canciones más personales para mí. La idea era hacer una canción bonita, de emociones tamaño estadio de rock. Queríamos intentar algo así, nunca lo habíamos hecho, ni siquiera en el disco anterior. Cuando terminamos la canción estábamos contentos, pero queríamos llevarla más lejos, por eso fuimos a Atlanta y seguimos trabajando en ella. En la parte en que llega el estribillo, pensamos llevarla a otro nivel. Quedamos muy contentos. Es una de mis canciones favoritas del disco y estamos deseando tocarla en esta gira.
Si es tan personal, igual prefieres que la escuchemos en casa y con cascos, ¿no? ¿Es primordial esa opción más bien para Cut Copy?
Bueno, en todo disco hemos pasado un montón de tiempo pensando en cada detalle, cómo sonaría hasta la última nota, en hacer un disco que sea para escuchar desde el principio hasta el final. La idea es sumergirse en el mundo que hemos creado y que el lugar en el que estemos sea irrelevante, que te aleje de lo que estás haciendo.
El verano pasado estuvisteis en festivales como Benicàssim. ¿Qué parte del disco se hizo antes y después de que tocarais en directo?
Todo fue escrito antes de la gira. Cuando terminamos los conciertos fuimos a Atlanta y mezclamos el disco con Ben Allen. Estábamos impregnados de los sonidos de Primal Scream en ‘Screamadelica’ o de David Bowie en ‘Young Americans’. Queríamos intentar aproximar el material que teníamos a ellos, pero en realidad todo estaba escrito y grabado antes de llegar.
Se os compara mucho con los 80, pero por otro lado sonáis a siglo XXI más que otra cosa, ¿os desagrada la comparación? ¿Creéis que los 80 están sobrevalorados?
Es una década muy interesante. Cuando la gente habla de los 80 suele pensar en la música sobreproducida y más cutre, pero también muchas cosas interesantes pasaron en la música y en el arte. Nueva York era muy interesante, gente como Talking Heads o el tipo de música disco más pulida que se hacía, además de gente más underground como Sonic Youth. También en Reino Unido estaban Stone Roses o My Bloody Valentine. Cada cultura popular tiene su contracultura, donde puedes encontrar un montón de cosas interesantes. Pero sí, la gente asocia los 80 con cosas como Vanilla Ice y chaquetas extravagantes. Nosotros estamos más interesados en la otra vertiente.
Veo a Stone Roses perfectamente en ‘Where I’m Going’, ¿pero trabajáis duro para encontrar vuestro propio sonido? ¿Es fruto de un largo trabajo o sabéis desde el principio qué producción vais a dar a cada tema?
El desafío es ese: tomar la música que tienes en la cabeza y hacerla sonar contemporánea y encontrar tu propia voz. La cuestión es tener tus influencias pero hacerlas tuyas y crear algo único. Si eres honesto con lo que haces, creo que siempre encontrarás tu público. A veces haces algo de manera inconsciente. Tocas algo y te das cuenta de que se parece a algo que has estado escuchando durante cinco años. Es interesante lo que les preguntaban a Kraftwerk en un documental, sobre qué opinaban de las bandas que se habían inspirado en ellos. Decían que estaban muy agradecidos y que era muy excitante ver cómo se toma una idea y los diferentes caminos a los que puede llevar. Ese es el desafío.
¿Qué cambiáis más en el estudio, los sintetizadores, las estructuras, el tipo de producción…?
Todo tipo de cosas, todas las que has mencionado. Esta vez la idea era dar un paso adelante y huir de lo que habíamos hecho antes. Ha sido como comenzar de cero con nuevos instrumentos, nuevos sintetizadores, nuevas guitarras, nuevas formas de tocarlas, diferentes armonías o diferentes formas de cantar. Es lo que nos emociona, ver al grupo hacer cosas distintas. Es interesante ver a la banda crecer, evolucionar a lo largo de los años, huir de lugares comunes, experimentar… Hemos hecho el disco por nuestra propia cuenta, sin ningún tipo de presión.
¿Por qué habéis escogido como single ‘Take Me Over’, que es una de las que más pueden sonar al disco anterior?
Cuando salió, todo el mundo pensó que era como un punto de partida. Si oyes el disco entero, verás que refleja nuestra idea de música pop, pero queríamos que fuera algo diferente, sobre todo en cuanto a su estructura. Sobre escogerla como single, pensamos que la gente que se había interesado por el disco anterior podía interesarse por conocer algo más gracias a esta canción.
‘Strange Nostalgia For The Future’ es uno de esos interludios que tanto os gusta meter, ¿por qué os gustan tanto?
Creo que es algo que hemos usado en cada disco. Quizá contribuyen a lo que te decía antes, a verte envuelto en la experiencia de escuchar un disco desde el principio hasta el final. En este tema pensábamos en Brian Eno. Nos encantan las canciones pop pero también las que ofrecen una experiencia única.
Algunas canciones hablan sobre viajes, el disco se llama ‘Zonoscope’ y en la portada aparece Nueva York, ¿el álbum habla sobre el deseo de cambiar de vida y mudarse a otro lugar, en este caso Nueva York?
¿Te refieres al diseño del álbum?
También a las letras.
¿A cuáles?
Me da la sensación de que la idea de alcanzar algo que no está, de moverte para conseguirlo, está presente en ‘Need You Now’, ‘Where I’m Going’, ‘Take Me Over’…
Sólo nos gustaba la idea de que el disco te lleve a sitios, que donde estés se vuelva irrelevante. Mi tipo de música favorita es esa, la que escuchas y te hace sumergirte. Pero sí, por supuesto también se podría interpretar así.
¿Por qué aparece Nueva York en la portada?
Podría ser cualquier ciudad, en realidad. Nos gustaba la obra del artista japonés Tsunehisa Kimura. Cuando vimos la imagen, nos pareció una metáfora para el disco, con su parte de máquina, de sonido, de fenómeno. Creíamos que podría funcionar en ese sentido. La imagen crea un nuevo mundo sobre la destrucción del mundo viejo. Crear un mundo en el que la gente se pudiera perder era nuestra idea.
El disco se cierra con una canción de 15 minutos, ¿cuáles son tus canciones de 15 minutos favoritas?
¿Mis canciones de 15 minutos favoritas…? ‘Washing Machine’ de Sonic Youth es un buen ejemplo, siempre que lo pongo lo escucho sin pensar en cuánto duran las canciones, no se me hace largo. También escucho mucho krautrock. La idea original de ‘Sun God’ era de 40 segundos, pero parecía que iba a algún lugar, cuando empezamos a tocar acabó durando 44 minutos, así que tuvimos que editarla, pero quedaba bien como final del álbum.
¿Cuáles son vuestros planes más inmediatos?
Vamos a girar un montón durante 12-16 meses. Hicimos el vídeo de ‘Need You Now’ con Keith Schofield y habrá muchos remixes de nuestras canciones. Nosotros también remezclaremos temas, aunque básicamente vamos a girar.
¿Has dicho 16 meses?
Sí, vamos a girar así, hasta que no podamos más.

Entrevista extraída de: http://jenesaispop.com/2011/03/17/cut-copy-la-idea-de-zonoscope-es-crear-un-mundo-donde-la-gente-se-pueda-perder/


Yelle - Safari Disco Club (2011)

Vuelve Julie Budet, a la que todos conocemos como Yelle, para presentar el nuevo y segundo álbum de la banda, 'Safari Disco Club', que viene a suceder al debut de la banda 'Pop Up', uno de los discos más aclamados y destacados del 2007.
'Safari Disco Club' contiene todos las virtudes de su anterior trabajo, ritmos y melodías pegadizas con el fin de hacernos mover poco a poco hasta hacernos bailar. Todo esto lo consiguen con buenas canciones como lo son la canción que da nombre al álbum y que abre el disco 'Safari disco club', el primer single de este segundo trabajo de la banda, que se nos adelantó hace un tiempo 'La musique' y 'Que veux-tu', la canción que va incluída en el doble videoclip de la banda.
Un álbum para disfrutar y pasárselo bien, que seguro que acaba mejorando en directo, sabiendo la energía y el saber hacer que transmiten los franceses encima de un escenario.

Reseña Extraída de: http://indiespensables.blogspot.com/search/label/Yelle


viernes, 18 de marzo de 2011

Radiohead - The King of Limbs (2011)

Impredecibles, sensibles, eternos: Thom Yorke, Jonny Greenwood, Ed O’Brien, Colin Greenwood y Phil Selway lanzaron The King Of Limbs. Lo que produce escuchar en plenitud un álbum de Radiohead es sinceramente indescriptible, en todas sus texturas, sus sutilezas, sus pequeñas y grandes bellezas. Intentaré hacer lo posible.
The King Of Limbs -como muchos grandes discos, pero fuera de lo cliché- es un viaje de imágenes. Desde el arte de tapa, el nombre del álbum (homenaje al que posiblemente sea el árbol más antiguo de Europa) y las letras, esta obra nos adentra en un bosque inexplorado, lleno de claroscuros y sorpresas.
Los sonidos de Kid A (2000) / Amnesiac (2001) están de vuelta en la primera parte (¿cara?), pero luego de que Selway y Greenwood caminaran en solitario y -sobre todo- que Yorke transitara la senda de The Eraser (2006).
A pesar de (o gracias a) todo, The King Of Limbs es irremediablemente Radiohead. Por momentos parece que otra vez el ego de Yorke -una de las únicas críticas al perfecto In Rainbows (2007)- abre su propio camino, pero para nada empaña el resultado final del viaje.
“Open your mouth wide… the universe will sigh”: Bloom inicia el álbum con una melodía arrítmica, agregando instrumentos y voces, metamorfoseándose hacia el final. Aquí, los famosos ecos de O’Brien lideran desde el interior del bosque y la voz de Yorke resuena a nuestro lado.
Los cambios anímicos que genera el sumergirse en The King Of Limbs son únicos. Morining Mr. Magpie -acústica reciclada y electronizada que data del 2002- intensifica el viaje a la On The Run en Dark Side Of The Moon y nos advierte que el mismo será intenso: “You got some nerve coming here!”.
Little By Little continúa con los cambios experimentales y se escucha un seductor sonido (“I’m such a tease and you’re such a flirt”) que -por acierto o fanatismo me hizo recordar al giro world music que dio Bowie en Lodger (1979) para cerrar su trilogía de Berlín- nunca habíamos percibido como parte de Radiohead. Feral continúa este viaje fantasmagórico y se vuelve la canción más extraña e hipnótica de esta primera parte.
Los sonidos que podíamos atribuir a los tiempos de Kid A y Amnesiac se cierran aquí, para renacer en la segunda parte del álbum junto a toda la intensidad armónico-acústica de In Rainbows (2007) con la bella Lotus Flower. Presentada originalmente en versión acústica con Atoms For Peace, mantiene la penumbra de la primer versión y la voz de Yorke nos atrae y recorre en todos los sentidos (“I will shrink and I will disappear… I will slip into the groove and cut me up”) hasta quedar inmersos bajo una deliciosa y espesa jungla.
Es entonces cuando movemos las ramas y descubrimos el paraíso: el piano de Codex -el tema más hermoso del álbum- derrumba las posibles susceptibilidades como una cascada. Imposible pasar indiferente frente a esta canción; irradiando imágenes por doquier, presentando sensaciones vívidas como sólo ellos saben hacer: “Jump off the end, the water’s clear and innocent”.
La perfecta transición -delicada, natural- nos lleva hacia la magia de las cuerdas de Greenwood y los ecos de Yorke-O’Brien en Give Up The Ghost y nos acompaña a salir de la espesura, elevándonos por sobre los árboles, perdiéndonos en la reflexión inmediata de lo que acabamos de presenciar (“I think I have had my fill into your arms”).
Desde el final del disco, percibimos las señales de este nuevo trabajo de Yorke y compañía: la continuidad bifurcada de The King Of Limbs nos deja satisfechos, pero queriendo otra mitad. La que llegará en meses… ¿días? Con los chicos de Oxford jamás se sabe, pero ¿qué sería de Radiohead sin esas esperanzadoras señales? ¿Qué sería de nosotros sin esas señales? ¿Qué sería de nosotros sin Radiohead?
Separator es la transición. Una nueva versión de lo que hasta hoy era Mouse Dog Bird nos despierta (“Like I’ve fallen out of bed from a long and vivid dream, finally I’m free of all the weight I’ve been carrying”) y nos anuncia, dejándonos con una sonrisa bajo las lágrimas: “And if you think this is over, you’re wrong.”



martes, 15 de marzo de 2011

Those Dancing Days - Daydreams & Nightmares (2011)


El mundo busca en el lugar equivocado el disco de pop sin pretensiones de la semana. El grupo sueco de chicas fan de los sesenta pero también del indie más comercialoide (para bien) Those Dancing Days acaba de publicar la continuación de su notable debut ‘In Our Space Hero Suits‘, aquel que nos dejó hits tan redondos como ‘Run Run’ o ‘Hitten’, y llegó a nuestra lista de mejores discos de 2008.
Those Dancing Days puede no ser el grupo que más eches de menos entre álbum y álbum, pero cuando están, no pueden sonar más disfrutables. ‘Daydreams and Nightmares’ ha sido producido por Patrick Berger, conocido por su labor en las últimas entregas de Robyn, que parece haber dado cuerpo a unas canciones que siguen jugando con el rock y el synthpop, pero ahora con efectos menos dispersos que en el disco de debut. Los teclados y los punteos están más concentrados en recordar a The Cure (muy evidente en ‘Keep Me In Your Pocket’), con ritmos mucho más salvajes que toda la carrera de la banda de Robert Smith.
Calienta las pilas la inicial ‘Reaching Forward’, inmediatamente antes de que suene la triunfal y optimista ‘I’ll Be Yours’, una energética canción de amor (o amistad) antagónica al otro adelanto del disco, ‘Fuckarias’, también explosivo pero por razones contrarias (esa dicotomía aparece reflejada en el título del álbum). El disco, que apenas contiene medios tiempos, aunque ‘Help Me Close My Eyes’ o ‘When We Fade Away’ valen como respiro, guarda para el penúltimo lugar uno de los mayores trallazos, ‘I Know Where You Live Pt 2′, carne de directo, antes de cerrarse con un dúo con Orlando Weeks de Maccabees en ‘One Day Forever’, una de sus canciones más ambiciosas.
No podemos decir que ‘Daydreams and Nightmares’ sea muy extremo con respecto a lo que habíamos escuchado de ellas, pero dejando de lado el abuso del hammond que caracterizaba su sonido y con tantas pistas notables como su debut, las chicas hacen lo mejor que podían, consolidándose como grupo de pop a seguir mientras otros más famosos, como The Ting Tings, se lo piensan demasiado.
Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘I’ll Be Yours’, ‘Fuckarias’, ‘I Know Where You Live Pt 2′
Te gustará si te gustan: Blondie, el punto más pop de los Sundays y The Cure


Reseña Extraída de: http://jenesaispop.com/2011/03/02/those-dancing-days-daydreams-and-nightmares/

The Strokes - Angles (2011)

Después de First Impressions of Earth, los integrantes de los Strokes decidieron darse un tiempo y embarcarse en otros proyectos musicales; Julian Casablancas, Albert Hammond Jr., Little Joy o Nickel Eye han sido las puertas de escape que, sin pena ni gloria, han utilizado los neoyorquinos para seguir creciendo en sus carreras en solitario.
Todos esos bandazos han tenido más repercusión de lo que se esperaba en Angles, especialmente lo que plasmó Julian en Prhazes For The Young. Este álbum sigue siendo “made in Strokes” con esos hits juveniles bailables y esas guitarras crudas pero en esta ocasión, el disco parece estar partido en dos: una parte hecha por Julian Casablancas y otra por todos.
Demasiadas expectativas y demasiado tiempo para hacer un disco así. Pero lo peor es que muchos nos lo imaginábamos a pesar de lo que decía su cantante en alguna entrevista: estamos tardando tanto porque queremos hacer un disco mejor que Is This It. Eso, Julian, nunca va a suceder y lo sabes.

Reseña Extraída de: http://indiecaciones.wordpress.com/2011/03/14/the-strokes-angles/


lunes, 14 de marzo de 2011

Explosions in the Sky - Take Care, Take Care, Take Care (2011)


Un disco cargado de sonidos ambientales, melodías post-rock hechas simplemente con 2 guitarras eléctricas un bajo eléctrico y una batería. Un álbum con un total 6 canciones duraderas y sin duda a tener en cuenta en este 2011.

Reseña Extraida de: http://indiespensables.blogspot.com/2011/03/explosions-in-sky-take-care-take-care.html


domingo, 13 de marzo de 2011

Nacho Vegas - La Zona Sucia (2011)


En este disco, de nuevo grabado en los estudios de Paco Loco en el Puerto de Santa María y con su banda habitual, Vegas ha optado por ser más concreto y sencillo que nunca. Ha despojado en buena medida a sus canciones de las fuertes dosis de gravedad con las que a menudo dotaba sus obras pasadas y ha dejado un espacio mayor a sonidos más amables y menos afilados. Así nos encontramos, con más o menos sorpresa, ciertos ecos 50′s, recursos percusivos aflamencados como los de ‘Crujidos’ en ‘Reloj sin manecillas’, ese folklore asturiano al que ya dedica Lucas 15 junto a Xel Pereda, en su vertiente más tabernaria (‘Taberneros’, con la colaboración de Pauline En la Playa, no es un título casual) y unos coros infantiles (a cargo de Les Guajettes) inspirados en Dead Man’s Bones que marcan irremediablemente hasta dos cortes de los diez que contiene el álbum.
A cambio, las guitarras furiosas y pesadas que eran una constante en ‘Desaparezca aquí’ o parte de ‘El Manifiesto Desastre‘ ceden totalmente el protagonismo a los diferentes arreglos de teclado y piano de un Abraham Boba que ya se ha hecho pieza fundamental en su sonido. Y, de forma semejante, Vegas hace algo parecido con sus letras, que aquí parecen haber perdido en carga dramática y autorreferencias (ciertas o no) a ese halo malditista que se le presupone, en favor de unas reflexiones más universales e impersonales con las que el oyente se identifica más fácilmente. N.V., versión ligera.
La cuestión es: ¿es todo esto negativo? Pues podemos decir que no, en absoluto. ‘La Zona Sucia’ reúne una colección notable de canciones de un estilo reconocible en el que ha perdido peso la influencia de Cohen y Van Zandt y han ganado Nilsson y Drake. Contiene al menos tres canciones que se alinean sin dificultad entre las mejores de su carrera, como son ‘Incendios’, un aparentemente simple pero inmaculado medio tiempo a lo Bobby Darin; ‘Perplejidad’, en cuyo estribillo confluyen de forma mágica ese coro de niños y los preciosos arreglos de Boba; y,especialmente, ‘La gran broma final’, una canción in crescendo de apariencia solemne que ya tocaba en directo en la gira de ‘El Manifiesto’, y desde la que suelta divertidos latigazos como “ha cundido el pánico en Madrid, salen fotos en la prensa rosa” u “hoy es el día en que dos planetas se estrellarán mientras tú concedes entrevistas” (que podrían aludir directamente a su terminada relación con Christina Rosenvinge).
Los poco más de cuarenta minutos que dura ‘La zona sucia’ transcurren fluidos, más rápido que nunca en la carrera del ex Manta Ray y ex Migala, y solo el tono brumoso de la final ‘El mercado de Sonora’ parece desentonar del conjunto. Quizá el mayor pero del álbum sea que carece del profundo calado emotivo que se intuía en obras como ‘Desaparezca aquí’, que invitaban a detenerse más en su minutaje, escuchar con atención y asimilar, y eso quizá (solo quizá) pueda restarle empaque en el futuro. Hasta entonces, Vegas puede darse por satisfecho porque vuelve a sumar un disco notable.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘La gran broma final’, ‘Perplejidad’, ‘Incendios’.
Te gustará si te gustan: Nilsson, Nick Drake, Calamaro.

Reseña extraída de: http://jenesaispop.com/2011/02/15/nacho-vegas-la-zona-sucia/


Destroyer - Kaputt (2011)

Dan Bejar ha conseguido con este Kaputt (2011, Merge Records) ponerse en un puesto destacado en lo que a sonidos de moda se refiere. Desde hace unos poco años hemos visto que el revival de los 60 que supuso el inicio de los 2000 ha dejado paso a otro revival, esta vez mucho menos minimalista, más imperfecto y menos inmediato. En este álbum Destroyer se apunta a ese barroquismo que parece seducir al mundo independiente y recoje influencias de los primeros años de la década de los 80, añadiendo coros, capas atmosféricas, todo tipo de reverberaciones en los instrumentos de cuerda y un guiño sorprendente al smoth jazz, incluyendo instrumentos que en principio parecen tan alejados de su estilo hasta ahora como el oboe. Lo mejor de este barroquismo es que afortunadamente no resulta farragoso y el oyente puede simplemente quedarse con lo que quiera. Uno puede centrar su atención en unas armonías vocales y un bajo de lo más sencillo o quedarse con la suculenta cantidad de arreglos con los que cuenta cada canción. Sin duda, nos encontramos con un disco que necesita unas cuantas escuchas para sacarle todo el jugo, pero que sin embargo, con un par de escuchas consigue enganchar. Algo muy complicado de hacer y que parece que Bejar ha cumplido con creces, a juzgar por el éxito de crítica que esta consiguiendo con este trabajo.
La canción que da título al disco, “Kaputt”, es la que primero sobresale en las primeras escuchas, por los coros y una letra cargada de ironía y sentido del humor, arremetiendo contra la industria y los tópicos sobre el Rock. Esta ironía no va cargada de mala baba, al contrario, va insertada dentro de armonías dulces, incluso edulcoradas. Resulta divertido escuchar a Bejar hablar de meterse cocaina en el backstage toda la noche insertado en un coro femenino al más puro estilo de Brian Ferry, y es que hay mucho de Roxy Music en este disco.
También a destacar la canción que abre el álbum, “Chinatown”, con una combinación entre bajo y percusión que consigue atrapar a cualquiera, “Savage Night At The Opera” en la que da la sensación de que podría haberse convertido en un himno pero a Bejar no le ha dado la gana y “Downtown” con una utilización del saxofón que dista mucho de ser hortera y tiene un punto de sensualidad.
En cuanto a los peros, a “Suicide Demo For Kara Walker” le sobran los dos primeros minutos para ser casi perfecta. Una lástima, pues a partir del minuto dos resulta ser de lo mejor del álbum y tiene un final alucinante, y tres cuartos de lo mismo nos pasa con “Bay Of Pigs”, en la que no termino de entender el sentido de un preludio de más de cuatro minutos para que de comienzo una canción con muchísimos puntos buenos pero a la que le cuesta arrancar demasiado.
En definitiva, parece que tenemos a Destroyer con el disco adecuado en el momento adecuado. Veremos como despejan la incógnita de trasladar al directo un disco que se antoja complejísimo de tocar sin ayuda de bases pregrabadas. Por ahora, tenemos bastante con deleitarnos con uno de los discos más interesantes de lo poco que llevamos de año.

Hercules & Love Affair - Blue Songs (2011)


Un ritmo similar a ‘Blind’, aunque ahora con Aerea Negrot a las voces, y uno de los juegos de cuerdas más espectaculares tipo música disco que hemos escuchado recientemente abren ‘Blue Songs’, el segundo disco de Hercules & Love Affair, de feísima portada y misteriosamente editado ya fuera de DFA, en Moshi Moshi. ‘Painted Eyes’ es casi, casi la mejor canción de la carrera del grupo y después en el tracklist aparece el single ‘My House’, que interpreta el fan convertido en indefinido Shaun Wright, uno de los temas del momento.
Pero Andy Butler nos ha engañado un poco, porque ‘Blue Songs’ no vuelve a igualar los resultados de los primeros diez minutos en el resto del álbum. Justo cuando estabas convencido de que Hercules te gustaban en realidad un poco más que Antony & The Johnsons.
El concepto del álbum es bueno. Andy sigue empapándose del house de finales de los ochenta y principios de los noventa y de música disco. Esta vez parece estar abiertamente inspirado en todo lo que sonó entre 1985 y 1994, lo cual incluye a Technotronic, un poco Prince, los Primal Scream de ‘Screamadelica’ (presentes en ‘Leonora’) o Sterling Void, de quien aparece una versión del corte ‘It’s Alright‘, popularizado por Pet Shop Boys; sin descuidar los tiempos en que triunfaba Sylvester, que parece una referencia no solo musical sino también estética para la troupe Hercules & Love Affair.
‘I Can’t Wait’, ‘Falling’ o ‘Step Up’, con un Kele Okereke irreconocible como icono indie de masas, son buenos ejemplos que seguirán sirviendo para que su directo mantenga ese espíritu de fiesta non stop casi sin igual que recordamos. Pero parece difícil que ‘Blue Song’ o ‘Boy Blue’, por muy dedicada a Sinéad O’Connor que esté, impacten como un ‘Free Will’ o un ‘Iris’. Definitivamente algunos experimentos podían haber dado lugar a canciones mejores, aunque Hercules está muy lejos de ser un “one hit wonder” como tantos artistas perdidos de música disco que nunca llegaron a nada. ‘Blue Songs’ no es un segundo disco histórico pero sí suma buenas canciones a un repertorio que ya era consistente, más que hacerlo más árido.

Reseña extraída de: http://jenesaispop.com/2011/01/31/hercules-love-affair-blue-songs/


sábado, 12 de marzo de 2011

Vivian Girls - Share The Joy (2011)


Las reinas del noise pop vuelven a hacernos bailar. Vivian Girls en tres años se han convertido en el referente de muchas de las bandas que han salido en el último año y medio: Dum Dum Girls, Las Robertas, Male Bonding… Y con razón porque a ritmo de disco por año, el trío de Brooklyn ha firmado discos notables que en ningún caso han caído en el olvido.
Su tercer disco era una reválida para ellas y, como no podía ser menos, han aprobado con nota. El lo-fi, aunque está, ya no es una máxima en Vivian Girls y Share the Joy es un fiel reflejo de este aspecto, con un sonido más limpio, con canciones menos alocadas (aunque también las hay) y composiciones más elaboradas.
Pero no creamos que Vivian Girls ahora es otro grupo. Siguen teniendo la energía y saben transmitir la alegría en cada una de sus canciones. Aunque han evolucionado de una forma sutil alejándose del punk y acercándose al pop, Vivian Girls sigue siendo Vivian Girls.



The Decemberists - The King Is Dead (2011)

Colin Meloy debe ser perfectamente consciente de que la ópera rock ‘The Hazards Of Love‘, último álbum de The Decemberists hasta hoy, no fue precisamente un acierto. Él mismo lo manifiesta calificándolo, cargado de ironía, como su “zenit del exceso”, pero resulta más patente aún cuando uno escucha este ‘The King Is Dead’ (continuación de aquel y su sexto álbum de estudio), que se aleja tan claramente de ese espíritu teatral y pomposo. La cuestión es si, siendo precisamente ese uno de los rasgos más caracterísicos del grupo, saldrán o no beneficiados de este giro.
Buscando un disco instantáneo y sencillo, la banda de Portland se concentró durante semanas en un cobertizo a la afueras de su ciudad para su grabación, resultando esta más accidentada y difícil de lo esperado pese a contar con el infalible Tucker Martine de nuevo a su lado. Ese espíritu “back to basics” se palpa en estas canciones en las que el country o el folk es una influencia más directa que nunca. The Decemberists toman su amor por las raíces del folklore norteamericano y le dan una pátina de rock y pop que lo hace disfrutable en pildorazos en torno a tres minutos de duración, como ocurría a finales de los ochenta con el NRA que puso en la palestra a Green On Red, The Dream Syndicate o R.E.M.
Precisamente la influencia de ‘Fables Of The Reconstruction’ o ‘Life’s Rich Pageant’ del grupo de Athens es claramente detectable en canciones como el single ‘Down By The Water’ (casi un remake de ‘The One I Love’), ‘Calamity Song’ o ‘This Is Why We Fight’. Y no hay mejor manera de celebrar su cariño y respeto por aquellas canciones que contar con Peter Buck imitándose a sí mismo en tres de estos cortes. El otro gran nombre del disco es Gillian Welch, cuya prodigiosa voz podemos oír haciendo coros en todas las canciones del álbum, comedida en su papel secundario pero brillando como la gran dama del country que es.
Pero sin duda la gran noticia es que este giro ha servido para que Meloy recupere su mejor tono como escritor de canciones, con esta soberbia colección que no tiene mácula ni en sus momentos más candorosos (sumemos ‘All Arise!’ a los mencionados en el anterior párrafo) ni en los más intimistas (especialmente emocionantes los himnos a los meses de junio y enero, y la preciosa ‘Rise To Me’). Cierto es que sus ya característicos, y habitualmente intrincados, relatos llenos de palabras que podrían hacerte ganar una partida de Scrabble han sido sustituidos por una lírica algo más estándar y sin embargo hermética (estas letras podrían ser muy personales… o no), y que en ese cambio el oyente no sale ganando. Pero a cambio obtenemos un álbum que no queda lejos de sus mejores trabajos y que supone un brillante nuevo punto de partida para la carrera del grupo, además de un disco fácilmente disfrutable.


Christina Rosenvinge - La Joven Dolores (2011)

Viniendo a mostrar la versión definitiva de sí misma después de años de peregrinar por todo tipo de escenarios y públicos. Siendo un poco malvados, podríamos considerar este ‘La Joven Dolores’ como el difícil segundo disco de esta ya veterana artista, para el que cuenta con los réditos obtenidos por dicha obra pero no con el morboso interés que levantó su vida personal de aquellos días.
Enseguida percibimos el afán continuista del disco en unas canciones aún más amables y luminosas (al menos en su superficie) que las de su obra predecesora, y aunque aún recurre ocasionalmente al contraste de claroscuros (‘La noche del incendio’, ‘Debut’ o ‘Mi vida bajo el agua’, por ejemplo), sugiere que aquel álbum de 2008 sirvió a Christina no solo como renacer comercial sino como un ejercicio terapéutico que la ayudó a alumbrar sombras y ahuyentar fantasmas personales. Y si musicalmente parece así abrazar abiertamente su lado más pop, en lo lírico apenas quedan ya restos de esa amargura y ese humor bien ácido del que hacía gala en canciones como ‘Eclipse’ o ‘Alta tensión’, que dejan paso a una búsqueda abierta de la belleza en los textos de unas canciones que en su mayoría nacieron durante un retiro en la isla de Formentera (su nombre, ‘La Joven Dolores’, no es otra cosa que el de un pequeño barquito que ha trasladado pasajeros durante muchos años entre la mencionada ínsula e Ibiza).
En esa persecución Rosenvinge ha encontrado todo un leitmotiv en varias mujeres, protagonistas de diversos relatos literarios cuyas singulares historias acaban resultando modelos universales del sentimiento femenino, perfectamente reconocibles. Así nos encontramos cómo la estrofa final de ‘Canción del eco’, basada en la mitológica historia de la ninfa Eco y su amado Narciso, retrata la pena de vivir bajo una infame e irracional figura masculina. Del mismo modo, el segundo corte del álbum (‘Eva enamorada‘, sin duda una de las mejores canciones de su carrera) muestra la nada improbable circunstancia de que la bíblica Eva llegara a enfrentarse a su creador por amor al mismo Adán, o ‘Desierto’ muestra la posibilidad que la esposa de Lot, convertida en estatua de sal al volver la vista atrás en su huida de Sodoma, escogiera deliberadamente el pecado en detrimento de un futuro virtuoso.
A nadie se le escaparía además que el single de presentación ‘Mi vida bajo el agua’ se basaba en la leyenda de las sirenas para desmitificar a una mujer fatal que termina irremediablemente enganchada a una figura masculina. Incluso en ‘Tu sombra’ se atreve a usar una murder-ballad fronteriza como escenario para una historia de violencia de género. Resulta verdaderamente meritorio adentrarse en un terreno tan resbaladizo y no solo salir indemne sino además lograr un bello tratado de femineidad, totalmente alejado de mojigatería, reivindicaciones y juicios paralelos.
Además, queda espacio para una imaginería más cotidiana que, aun redundando en los hallazgos ya mostrados con anterioridad, resulta nuevamente jugosa y evocadora. Aun siendo consciente del probable error, personalmente disfruto imaginando a Christina como la protagonista de ‘Jorge y yo’ (el recuerdo de niñez y la reflexión sobre un hermano con tendencias nihilistas), ‘La idiota en mi (mayor)’ (de esas ascuas aún prendidas bajo las cenizas de un amor pasado) o la maravillosa ‘Weekend’ que retrata con majestuosa sencillez y tino el final de una relación en la que la mitad responsable no se deja arrastrar al atractivo abismo que la mitad hedonista le ofrece, una historia ya universal que dice “con el verdadero amor se hacen casas de ladrillo, con esto que hay entre tú y yo solo salen estribillos”. Oh, wait!
Si ya resulta asombrosa su lista de colaboradores habituales (Charlie Bautista -Havalina, Russian Red, Tulsa-, Steve Shelley -Sonic Youth-, Chris Brokaw -ex Come-, Jeremy Wilms -Patty LaBelle, TV On The Radio, El-P, Beyoncé-), esta se ve engrosada con más grandes nombres como Georgia Hubley de Yo La Tengo (que hace la voz de Eco en la ‘Canción del eco’) y Benjamin Biolay (que toca el piano y canta en ‘La idiota en mi (mayor)’, que ya conocimos hace meses), y con algunos más modestos pero también importantes, como la voz infantil de ‘Jorge y yo’ que corresponde a Willem, hijo mayor de la autora, o el chelo de la Boat Beam Aurora Aroca, que venía siendo habitual en sus directos y se convierte en un pilar fundamental en el sonido de este nuevo álbum. Un sonido rico, elegante, exquisito, que rinde claros homenajes (a Leonard Cohen en ‘Canción del eco’, a Serge Gainsbourg en la preciosa ‘Nuestra casa’, a Howe Gelb en ‘Tu sombra’, a Pixies/Sonic Youth en ‘Debut’) pero que, si en ‘Tu labio superior’ ya encontró su lugar propio, en este ‘La Joven Dolores’ no hace sino afianzarla de manera deslumbrante en una envidiable (respetada y alabada por la crítica, con una sólida legión de fans y un creciente potencial comercial) posición en nuestro pop por la que ella ha luchado durante muchos años.

Reseña Extraída de: http://jenesaispop.com/2011/01/24/christina-rosenvinge-la-joven-dolores/


Badly Drawn Boy - It's What I'm thinking (2010)


En los añejos diez años que ya lleva editada su primera placa, The Hour of Bewilderbeast, Damon Gough delineó un trayecto correcto y poco somero abasteciendo a la década pasada con un puñado de notables canciones y discos que, por más irregulares que hayan sido, siempre tuvieron cierta coherencia y línea compositiva en clave trovador. En esta nueva entrega, primer atisbo de una trilogía, Badly Drawn Boy se pone más intimista y desdibuja ese acento cancionero que otrora supo facturar holgadamente.
In Safe Hands instruye solapadamente el rumbo del disco. La voz de Damon ya no suena tan afectada; flota por entre los arreglos de cuerdas y se acopla a la caja de ritmos que le sigue con The Order of Things. Los instrumentos brillan por su ausencia hasta la mitad del disco. I Saw You Walk Away, It’s What I’m Thinking y Too Many Miracles evocan al primer Badly Draw Boy, y This Electric junto con This Beautiful Idea fluctúan en la tradicional melancolía en donde éste ahora cuarentón se siente más a gusto. Se dobla, pero no se rompe.

Reseña extraída de: http://www.rocktails.com.ar/2010/11/badly-drawn-boy-it%E2%80%99s-what-im-thinking-pt-1-photographing-snowflakes-2.html